Hoy Mary llora en silencio por las víctimas del atentado en el aeropuerto de Bruselas. Frunce el ceño e imagina el lugar que hace unas horas pisó.
No creo que haya palabra, mirada o gesto que pueda comenzar a expresar el dolor de ver gente sufrir.
Quizás, algún día logremos compartir nuestras creencias y opiniones entre tazas de café y medialunas, en lugar de llanto y terror.