Por qué enfermamos? Joe Dispenza en español

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Por qué enfermamos? Joe Dispenza

¿Sabés realmente POR QUÉ enfermás? La respuesta no está en tu cuerpo… sino en tu mente. En este video te compartimos la razón por la cual todos enfermamos y cómo podemos evitar la enfermedad.

LA HOMEOSTASIS

La homeostasis es el mecanismo de autocorrección del cuerpo. Dicho mecanismo mantiene el equilibrio adecuado de niveles de azúcar en sangre, hormonas, niveles de ácido, niveles de oxígeno, temperatura corporal, frecuencia respiratoria, flujo cardíaco, etc.

La homeostasis es el estado en el que todo tipo de medidas fisiológicas se mantienen en el nivel óptimo. En la mayoría de los casos, una homeostasis normal equivale a una buena salud. La homeostasis está controlada por una parte primitiva del cerebro, el sistema límbico o mesencéfalo, que es el hogar del sistema nervioso autónomo.

El sistema nervioso autónomo funciona de modo automático y se compone de dos partes: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Podemos asimilar el sistema nervioso simpático con el acelerador: se activa de modo inmediato ante situaciones de emergencia y estrés, moviliza y usa mucha energía, y con rapidez.

El sistema nervioso parasimpático constituye el freno: reduce la velocidad, conserva y almacena la energía, nos permite hacer una buena digestión, repara a largo plazo. El estrés lo desactiva.

Los mecanismos de respuesta fisiológicos de los cuerpos animales, y también de los nuestros, están magníficamente diseñados para adaptarse a emergencias. Joe Dispenza, es uno de los protagonistas del documental científico ¿¡Y tú qué sabes!? que desarrolla en profundidad el importante rol de nuestros pensamientos en nuestra salud.

El Dr. Joe habla del cerebro en relación con el origen de las enfermedades y nos da las claves para un cambio interno sólido, el cual está en la base de un estado de salud óptimo duradero.

Tanto si estás huyendo para salvarte de las zarpas de un león como si eres el león persiguiendo a tu presa, para la mayoría de animales de este planeta el acontecimiento suele acabar rápido: es cuestión de comer, huir o ser comido. Se activa el sistema nervioso simpático justo durante el tiempo necesario, y posteriormente el sistema nervioso parasimpático repone la tranquilidad y las fuerzas.

Sin embargo, los humanos pueden preocuparse por todo tipo de cosas durante meses, y crear así un estado constante de vigilancia. Provocamos exactamente la misma respuesta de supervivencia que la del animal salvaje cada día. Pero nuestros cuerpos no están diseñados para el estrés a largo plazo.

El estrés prolongado conlleva el desequilibrio homeostático y con ello el colapso físico del cuerpo. Cuando activamos una respuesta de estrés y no podemos desactivarla estamos destinados al padecimiento y muy posiblemente a la enfermedad.

Antes de continuar, queremos contarte que sí puedes estar mejor. Encontrar la salud – tanto física como emocional – no es tan difícil de lograr, con el conocimiento adecuado.

¿Quieres conocer los 4 caminos que conducen a la enfermedad? Aquí van:

LOS CUATRO TIPOS DE ESTRÉS

Estrés Físico

El estrés físico afecta directamente al cuerpo. Accidentes, caídas, abrasiones, torceduras, esguinces, contusiones, cortes, pinchazos, fracturas, etcétera activan este estrés. También los excesos (de comida, de ejercicio físico, etc.) y las insuficiencias (hambruna, falta de nutrientes, etc.).

Estrés químico

El estrés químico también afecta directamente al cuerpo. Se produce con la proliferación en el cuerpo de agentes nocivos, o bien por la carencia de agentes necesarios. Drogas, venenos, contaminantes, pesticidas, metales pesados, inhalantes nocivos, aditivos alimentarios, demasiado azúcar, demasiado alcohol… También malos hábitos alimentarios, deficiencias nutricionales, desequilibrio hormonal y desequilibrios químicos en el cerebro y los neurotransmisores pueden dar lugar a estrés químico.

Estrés de frecuencia electromagnética

El estrés de frecuencia electromagnética es ocasionado por las líneas invisibles de fuerza que rodean los dispositivos eléctricos: el WiFi, los teléfonos móviles, los cables de alta tensión, los rayos X, las instalaciones eléctricas, Internet, los inalámbricos, etc.

Se estima que este mar de ondas energéticas creado por nuestra adicción a las cosas eléctricas es 100 millones de veces superior al de hace 100 años. Los teléfonos móviles alteran la forma como las neuronas generan proteínas, y ello favorece la formación de tumores.

Esto es una certeza en el ámbito científico, pero no se difundirá entre la población hasta dentro de cinco o diez años. –El estrés emocional o psicológico se genera por muy distintas circunstancias de la vida: tragedias familiares, problemas económicos, plazos de entrega, cambios de trabajo, pérdida de un ser querido, atascos, divorcios, problemas informáticos…

Además, en los seres humanos cualquier tipo de estrés acaba siendo estrés emocional y psicológico: las lesiones, las enfermedades o las adicciones, cualquier cosa que perturbe el normal funcionamiento del cuerpo y del cerebro es percibida como un problema y así alimenta este tipo de estrés.

Cuando se activa la respuesta de estrés emocional vivimos en un estado de supervivencia común a la mayoría de especies animales. En el estado de supervivencia, las sustancias químicas que se crean en el cerebro y en el cuerpo hacen que el cerebro ‘racional’ centre toda su conciencia en el cuerpo, el entorno y el tiempo.

En el estado de supervivencia la norma es esta: el cuerpo es lo primero. Cuando la reacción de estrés emocional, de supervivencia, aparece en un ser humano, la cosa se complica por la capacidad de éste para pensar.

Ante la situación percibida como amenazante el ser humano puede barajar posibilidades múltiples. Y si hay tiempo por delante puede estar cavilando en ese problema durante horas, días, meses… La mente intenta predecir una situación futura basándose en recuerdos del pasado.

Cuando no podemos predecir un resultado conocido, o bien cuando prevemos que este resultado nos conllevará dolor, nos encontramos en el estado de supervivencia llamado estrés.

Estrés psicológico

El estrés psicológico constante es una invención reciente que puede enfermarnos y que de hecho nos enferma, porque el cuerpo nunca encuentra su equilibrio homeostático. Al no encontrarlo memoriza como estado de ser un nuevo ‘equilibrio’, el estrés, y esto hace más difícil todavía desprenderse de él.

CÓMO LOS PENSAMIENTOS NOS ENFERMAN

Los humanos somos más complejos que las otras criaturas de la naturaleza. Estamos mucho más sofisticados cognitivamente. Tenemos un gran cerebro racional, el neocórtex, el cual dispone de un enorme banco de memoria. Y, a diferencia de otras especies, con nuestro gran neocórtex podemos activar la respuesta al estrés pensando en un factor estresante potencial.

Un factor estresante ‘potencial’ no es un peligro inminente, sino algo que puede ocurrir.

Esto lo anticipamos según la experiencia de la vida que nos dan nuestros recuerdos. La respuesta de estrés genera unas sustancias químicas que comunican al cuerpo que debe responder.

Lo que nos ocurre a los humanos es que podemos experimentar emociones muy fuertes relacionadas simplemente con nuestros pensamientos. Y podemos activar la respuesta al estrés con nuestros pensamientos con tanta precisión que podemos generar en el cuerpo el mismo cambio químico que habría tenido lugar si el acontecimiento hubiese ocurrido de verdad.

Así los humanos generamos cambios en la fisiología corporal sólo por nuestros pensamientos. Alteramos nuestra homeostasis, o, lo que es lo mismo, perdemos nuestro equilibrio interno sólo con nuestros pensamientos.

Lo desequilibramos a favor del estrés. Es así como nuestros pensamientos nos enferman. Las reacciones que se desatan a raíz de sentirnos amenazados son reacciones primitivas de dolor, miedo, ansiedad… Si son sostenidas empiezan a desregular los genes. Se generan proteínas de menor calidad y el cuerpo se resiente. El efecto a largo plazo es el desgaste de los genes.

¿Qué activa a los genes que nos perjudican, los del cáncer por ejemplo?

La repetición de la misma emoción negativa, impulsada por el estrés.

¿Qué te ha parecido esta información? Si tuvieras que elegir, ¿qué tipo de estrés sientes que vives? Cuéntanos en los comentarios!

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