¿Alguna vez escuchaste hablar de Grounding o Earthing? Éstos son métodos científicos ya demostrados que explican la importancia de estar descalzos y lo bueno que es para nuestra salud general.
Estar descalzos nos permite aumentar nuestra vitalidad y prevenir muchísimas enfermedades. ¿Cómo puede ser?
Somos Energía
Los seres humanos generamos campos eléctricos y electromagnéticos naturales, así como estamos rodeados de otros campos eléctricos y electromagnéticos artificiales (producidos por: centros de transformación, subestaciones eléctricas, radares, aparatos eléctricos, antenas de telefonía móvil, redes Wi-fi).
Y esta electricidad que debería fluir naturalmente a través nuestro, es obstruida por el calzado. Sí, el calzado y las superficies aislantes cortan el flujo natural de la energía. Entonces se produce una carga que crea tensiones en el organismo y perjudica la salud.
¿Alguna vez llegaste a tu casa después de un largo día de trabajo y te sacaste los zapatos? ¿No te ha gustado quedarte descalzo(a)? Esta sensación satisfactoria no es sólo casualidad; sino que es el resultado del contacto de tu cuerpo con la superficie de la Tierra, a través del cual se conduce la electricidad – un fenómeno conocido como grounding o earthing.
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¿Cómo Funciona?
La Tierra lleva una gran cantidad de carga negativa. Es rica en electrones y puede servir como una fuente de electrones antioxidantes que eliminan los radicales libres. Y tu cuerpo está increíblemente afinado para “trabajar” con la tierra, ya que hay un flujo constante de energía entre ambos.
Cuando ponemos los pies en la tierra, absorbe grandes cantidades de electrones negativos a través de las plantas de los pies. El efecto es suficiente como para mantener a tu cuerpo con el mismo potencial eléctrico negativo de la Tierra.
¿Qué Pasa En Los Pies?
En las plantas del pie existen muchas terminaciones nerviosas y es recomendable que nuestra planta tenga contacto directo con el suelo para liberar el estrés, fortaleciendo el sistema nervioso. La planta del pie no debe estar aislada continuamente por una
suela de zapato, ya que lo ideal sería tener esa conexión diaria planta del pie – tierra. En caso de no tener jardín, podemos estar descalzos en casa.
¿Cuáles Son Los Beneficios?
Esta práctica permite darnos los antioxidantes más poderosos que existen. Se ha demostrado que la práctica de grounding o earthing ayuda a aliviar el dolor, reducir la inflamación, mejorar el sueño, aumentar el bienestar, eliminar la tensión muscular (especialmente en personas mayores), mejora la circulación sanguínea, e incluso ayuda con el desarrollo cognitivo de los bebés.
El Dr. James Oschman – experto en el campo de la medicina energética, con licenciatura en 
biofísica y doctorado en biología de la Universidad de Pittsburghen – junto a un grupo de investigadores, realizó una investigación acerca de los efectos psicológicos del grounding. Se ha publicado más de una docena de estudios donde se muestran sus beneficios para la
inflamación, la respuesta inmunológica, la curación de las heridas y la prevención y el tratamiento de la inflamación crónica y las enfermedades autoinmunes.
El Calzado
Los zapatos convencionales suelen fabricarse con materiales aislantes que cortan la conexión eléctrica con la tierra. Los calzados artesanales, sin capas aislantes (de cuero o cáñamo, por ejemplo) son una buena alternativa para permitir el flujo de energía en contacto con la tierra. Otra opción es utilizar calzados técnicos conductores que se venden como equipo profesional (en quirófanos, laboratorios y talleres la carga electrostática es peligrosa).
Además de no ser energéticamente saludable, el calzado no es muy higiénico tampoco. Un estudio que realizó el profesor de microbiología Gerba (Universidad e Arizona) mostró que, tras dos semanas de utilizar un calzado por la calle, se pueden encontrar más de 420.000 BACTERIAS EN LA SUELA. Y esas bacterias son las que paseamos por cada parte de nuestro hogar.
Entonces, a modo de práctica y de mejora tanto higiénica como de salud, te proponemos cambiar siempre el calzado antes de entrar a tu casa. O dejar cerca de la puerta de entrada el calzado que usaste afuera.
